Furiosa tempestad se avecina
Solo para romper la rosa
Y sus cristales salpican
Gotas en mi palidez de roca.
Los vientos se cruzan
Sutileza de la muerte
Que socava la más profunda
Y siniestra de mi suerte.
Se han ido las mieles
Que endulzaron nuestras bocas
Mudaron las palabras del hechizo
Que enamoró los ojos tristes,
Aquellos que no viste
Ni siquiera su color
Que cuando hay sol son grises.
Más, dónde cabe la alegría?
Si fue solo fantasía
Que rompió el corazón
Que de algodón fuera
Cuando lloviendo un día
Por el suelo rodó.
Quién piso tanto dolor?
Mojado corazón
La corriente te llevó
Desolado y partido
Desparramando gritos
Que nadie escuchó.
Muere entonces lentamente
Quien no se atreve como Neruda
A cruzar el gran torrente
Muere entonces lentamente
Triste corazón inerte
Que la suerte no es lo tuyo
Y refugia adormilada ya tu musa
En un lugar oscuro porque
Ya tu vergel no es más que yuyo
Aplastado y mal oliente
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