Soy mujer que atraviesa la cumbre de
lo incierto
Y peregrina, deambula la burla del
destino
Mis lirios florecidos, aroman mis
manos temblorosas
Y soy mujer de campos verdes y de
pinos.
Te recuerdo en la soledad de mis
aciertos
Te recuerdo como el niño que eres en
tus adentros
Cruzo tus mares y te llego en la
espuma
Y mis arenas dejan las marcas de tu
encuentro.
Eres soledad, invierno, dulce y
prisionero
De tu propio decir, en los laberintos
de tus idas
En los surcos que dejas en tus
madrugadas
Y me dejas con la rosa esculpida en la
rama.
Tu amor se deja ver dulcemente en la
ternura
Dulcemente me conmueve, lo improviso
de tus huidas
Y yo guardo ese instante como flor,
como un obsequio.
Y la distancia, no es más que el
regreso de un mañana
Te amo, ilusión, realidad, la verdad
que buscamos
Estas aquí, te amo razón de mi pena y
olvido
Que no quiere ser recuerdo.