viernes, 8 de mayo de 2015

Tengo una niña interna



Tengo una niña interna
salpicada de emociones
y quiero quererlas
porque son mis flores.
Porque son el árbol florido
creciendo con mis tierras.
Tengo una niña interna
salpicada de lágrimas
y quiero quererlas
porque son mis moras
que manchaban mi ropa
y dejaban dulce mi boca.
Y esas emociones y lágrimas
construyeron sonrisas
supe soñar en la hamaca
treparme del muro
donde empezaron los versos.
Allí es donde las nubes me hablaban
del color del cerezo y las glicinas
de la lluvia y el sol
coronando el arco iris.
Sigue allí mi niña interna
juntando piedras
haciendo su vida
jugando a la rayuela.
Algo tiene que curar
por eso el caldero la acompaña
sin ocupar ningún lugar.
Mas un día encontró
en su baúl de recuerdos
una niña con flequillo
y un gran moño en su vestido.
Entendió entonces que fue amada
reconstruyó el vínculo que creía perdido
sigue esta niña jugando con sus trenzas
bañándose en el río.
Y, aunque ya es una mujer
la niña va consigo
alguna vez se rebela
y se sopla el flequillo.�

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