martes, 1 de septiembre de 2015

¡¡CARTA ABIERTA A UN JOVEN POETA!!

Estimado poeta, mis letras no se conforman con un simple poema, necesito explicar esta actitud nueva porque tampoco es simple de entenderla.
Me pasa como el personaje del Alquimista que tuvo que recorrer el desierto para darse cuenta que lo que buscaba estaba allí, muy cerca.
La inspiración proviene de todos lados y deslumbrada descubrí a Homero quien contribuye con dos magistrales obras literarias, la Iìiada y la Odisea.
Y recreando a las travesías de Ulises batallando oleajes y superando encantos de sirenas, surgieron poemas que pocos entendían.
Me sirvieron mis vivencias, sentimientos encontrados, enrollados encubiertos,
Tormentosos con llantos verdaderos, se mezclaban secuencias vividas con la ficción.
A mi me importa de donde surge el poema, ese que me llega como El albatros, de Baudelaire, como un símbolo para mí, de grandeza que se puede destronar.
Pero me canso de batallar con mi ánimo de poeta, o de este amor por las letras.
Me desplomo cuando soy la ruina de alguien, el desatino hasta el flagelo.
Solo quiero recuperar mi caldero, mis frutas y mi fresias y ahora el semillero.
Se me prendió la lamparita, cansada de leer autores muertos, pensé: ¿por qué no leer letras vivas? letras de compañeros, y me gustó de alguien, una frase “mis pordioseros versos” me imagine un verso rotoso con zapatos de cuero, agujereados por el uso con los dedos al descubierto.Y seguiría escribiendo, pero precisando nombres y con mi memoria algunos quedarían en el tintero.
El peregrino dio muchas vueltas a la misma montaña y apareció la señal.
Una lectura sin recomendar, a el alcance de todo el mundo, con todo un paisaje en cada versar.
Colores, aromas, textura. Escenas como pequeñas sepulturas, que en mi niñez las hice en soledad. Las encontré allí, ríos, lagunas, cerros tras otros cerros, crecidas, sequias. Luchas para proteger la tierra. Y Pegaso pero sin alas sin poder atravesar
impenetrables montes, donde ¡oh! causalidad mi padre en su juventud experimentó vivencias.
En rigor se prende en mi retina las imágenes construidas con un lenguaje pulido
Pleno de vida y de colorido con el sonido de la alondra, la calandria y los que no me acuerdo.El árbol del baldío, me sentí como la flor que parecen pajaritos.
Pero más me llegó esa niñez añeja entre los grises ánimos.
Mas no me quedo allí solo sugerir que en la poesía del otro sin exclusión, incluye una excursión a esa pulsión de vida que surge en la sangre del que ama las letras.
Saludos cordiales a las obras del joven poeta y de los otros poetas

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