Se desplaza lentamente el viento frío
            
las congojas ya son eslabones perdidos
            
porque te has quedado en mi sangre
            
como un verano  en mi corazón encendido.
            
Tu corriges las fases de la luna alumbrada
            
y aquellos renglones en blanco de toda una vida
            
florecen como guirnaldas húmedas y cálidas
            
en mis colinas lejanas y sombrías.
            
Eres el sol, lejano , mi medio día
            
entibiando  mis espacios, mis recorridos
            
y añoro con desvelo tu rostro, mi desvarío.
            
Aún así los recuerdos se acomodan
            
y tengo tus labios, siguen siendo mios
            
como el beso profano al mío tejido.
            
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