¡Estoy muerta.!

Estoy  muerta…mi sombra ronda la sepultura,

la niebla que cubre y empaña mis vidrios
espejos de vidas pasadas y esa tormenta
de nubes pesadas  son el libro abierto
de saudades, alegrías y tomentos.

 Yacen mis penas como golondrinas desorientadas

yacen mis huesos blancos de estructura delgada
el silencio, no es silencio es el violín de un hada
contemplándome en las sombras de la nada.

 Estoy muerta…en un plano donde convergen

los musgos y las algas y devoran las ansias
de una mujer ya enterrada y en su lápida
apenas un nombre, sin fecha de su existencia.

 Eso porque la habilidad de un ritual sin flores

atravesó mi alma que embellecía de amor
mi caldero de fresias y nardos invadían
un espacio confuso y encandiló mis ojos
cegados creyeron en el encanto…

¡OH! Cuánto dolor.

 Esta alma mutilada rondará tu simbólico cetro

para que otras almas no caigan en tu fulgor.

Y en algún momento, deambulará tu cuerpo

sin alma en algún cementerio.